El pequeño Juanito iba un día a la casa de su padre y estaba empacando todo lo que tenía en su habitación y poniéndolo en su pequeña carreta roja.
Iba caminando hacia la casa de su padre con su carreta detrás cuando llegó a una colina.
Empezó a subir la colina pero no paraba de maldecir.
“Esta maldita cosa es muy pesada”.
Un sacerdote le oyó y salió.
“No deberías jurar”, dijo el sacerdote.
“Dios te escucha… Está en todas partes… Está en la iglesia… Está en la acera… Está en todas partes”.
Entonces el pequeño Johnny dice: “Oh, ¿está en mi carro?
El sacerdote responde: “Sí, Johnny, Dios está en tu carro”.
El pequeño Johnny dice: “Bueno, dile que se vaya y que empiece a tirar”.