Un hombre que trabajaba en una empresa de informática enfermó.
Consultó a muchos hospitales de varios tipos, pero no pudo curarse… Estaba triste.
Entonces su mujer le aconsejó,
“¿Por qué no consultas a un médico veterinario?”
Se quedó sorprendido. Le gritó,
‘¿Estás loco?’
Ella habló en voz baja: “No me ha pasado nada… Es que tú tienes un problema.
Te levantas temprano por la mañana como una herramienta, te bañas a medias como un cuervo, comes algo como un mono, luego corres a la oficina como un caballo de carreras, allí trabajas como un burro, y gritas a tus compañeros como un oso salvaje, por la tarde llegas a casa y nos ladras como un perro, luego comes como un cocodrilo, por la noche te acuestas y duermes como un búfalo.
Por eso te he pedido que te reúnas con un médico veterinario”.
El hombre se quedó sentado y con la boca abierta.
La mujer le preguntó: “¿Por qué me miras como un búho?