Un arrogante profesor sube a un avión y consigue un asiento junto a un anciano.
En pleno vuelo, el profesor decide jugar un juego con el anciano y demostrar que es intelectualmente superior, así que se dirige a él y le dice:
“Oye, ¿quieres jugar un poco conmigo?”
El anciano le mira y le dice: “Depende. ¿Qué tipo de juego?”
El profesor continúa explicando el juego:
“Por turnos, nos haremos una pregunta cada vez. Si el otro sabe la respuesta, el preguntado le da un dólar, y si no la sabe, le da un dólar al preguntado. ¿Quieres jugar?”
El profesor sonríe, sabiendo que sus conocimientos generales son muy superiores.
Para su desgracia, el anciano se niega. Decidido a hacerle aceptar, el profesor sube la apuesta.
“¡Si pierdo, te daré dos dólares en lugar de uno!”
“No.”
“¡Cinco dólares!”
“No.”
“¡Diez dólares!”
“Ya te he dicho que no”.
Desesperado, el profesor hace una última oferta: “Si pierdo, te daré cien dólares, y si pierdes sólo me darás uno”.
El profesor suplica. El anciano reflexiona y suspira.
“Sólo si puedo empezar”, y el profesor acepta inmediatamente.
“Pide”, dice el profesor, seguro de que nunca perderá.
El anciano pregunta: “¿Qué tiene cinco cabezas, cuarenta pies y vive dentro de un cubo?”
El profesor da vueltas al acertijo en su cabeza, tratando de encontrar algo que se ajuste a la descripción.
Tras una hora de intensa concentración, el profesor se da por vencido. Con la cabeza en blanco, saca su cartera y le da al anciano 100 dólares.
No pierde tiempo y le pregunta: “¿Qué tiene cinco cabezas, cuarenta pies y vive dentro de un cubo?”.
El anciano sonríe, se encoge de hombros y dice
“No tengo ni idea. Aquí tienes tu dólar”.