El pequeño Johnny y Billy se dirigen a la iglesia para la oración del domingo.
Billy se pregunta si estaría bien fumar mientras se reza:
Pequeño Johnny. “¿Por qué no le preguntas al cura?”
Entonces, Billy se acerca al sacerdote y le pregunta.
“Padre, ¿puedo fumar mientras rezo?”
El Sacerdote responde.
“¡No, hijo mío, no puedes! Eso es una total falta de respeto a nuestra religión”.
Billy vuelve con su amigo y le cuenta lo que le dijo el buen cura.
El pequeño Johnny dice.
“No me sorprende. Hiciste la pregunta equivocada. Déjame intentarlo”.
Y entonces el Pequeño Johnny se acerca al Sacerdote y le pregunta.
“Padre, ¿puedo rezar mientras fumo?”
A lo que el Sacerdote responde con entusiasmo.
“Por supuesto, hijo mío. Por supuesto. Siempre puedes rezar cuando quieras”.
Moraleja de la historia: La aprobación que deseas depende de la forma en que la pides.