Un viejo ciego entra en un bar y le pregunta al tabernero.
“¿Quieres oír un chiste sobre rubias?”
De repente, el bar se queda en silencio como una tumba.
Un tipo al lado del ciego se inclina y susurra
“Amigo, ten cuidado. El camarero es rubio y un ex-soldado.
El portero también es rubio y el actual campeón de boxeo de la ciudad.
Y luego está Joe… acaba de salir de la cárcel después de romperle la mandíbula y los dos brazos a un tipo.
También es rubio. ¿Seguro que quieres contar el chiste de la rubia?”
El viejo ciego se toma un minuto para pensarlo, se gira en su silla de bar y dice
“De acuerdo, BIEN… no contaré el chiste…”
“No tengo tiempo para explicar ese chiste al menos tres veces”.