En la primera noche de su luna de miel, la recién casada le dice a su marido: “Tengo que confesar algo. No soy virgen. He estado con otro chico”.
“¿Ah, sí? ¿Quién era el tipo?”
“Tiger Woods, el golfista”.
“Bueno, es rico, famoso y guapo. Puedo entenderlo”.
La pareja hace entonces el amor apasionadamente.
Cuando terminan, el marido se levanta y se dirige al teléfono.
“¿Qué haces?”, pregunta la esposa.
“Tengo hambre. Voy a llamar al servicio de habitaciones”.
“Tiger no haría eso”.
“¿Ah sí? ¿Qué haría Tiger?”
“Volvería a la cama y lo haría por segunda vez”.
El marido suelta el teléfono y le hace el amor a su mujer por segunda vez.
Cuando terminan, vuelve a coger el teléfono.
“¿Qué haces ahora?”, pregunta ella.
“Todavía tengo hambre, así que voy a llamar al servicio de habitaciones para pedir algo de comida”.
“Tiger no haría eso”.
“¿Ah sí? ¿Qué haría Tiger?”
“Volvería a la cama y lo haría una vez más”.
El marido cuelga el teléfono y vuelve a la cama.
Agotado tras la tercera sesión de sexo, vuelve a acercarse al teléfono y empieza a marcar.
La esposa le pregunta: “¿Estás llamando al servicio de habitaciones?”.
“¡No! Estoy llamando a Tiger Woods para saber cuál es el par de este hoyo”.