Una mujer estaba en coma.
Llevaba meses en él.
Las enfermeras estaban en su habitación dándole un baño en la cama.
Una de ellas estaba lavando su zona privada y se dio cuenta de que había una ligera respuesta en el monitor cada vez que la tocaba allí.
Volvieron a intentarlo y, efectivamente, había un movimiento claro.
Se dirigieron a su marido y le explicaron lo sucedido, diciéndole: “Aunque parezca una locura, quizá un poco de ‘sexo oral’ sirva para sacarla del coma”.
El marido se mostró escéptico, pero le aseguraron que cerrarían las cortinas para tener intimidad.
El marido finalmente accedió y entró en la habitación de su mujer.
Al cabo de unos minutos, el monitor de la mujer no tenía pulso ni ritmo cardíaco.
Las enfermeras volvieron a entrar en la habitación.
Exigieron saber qué había pasado.
El marido se encogió de hombros,
“No estoy seguro, ¿quizás se ahogó?”