Una mujer entra en su casa con una sonrisa más amplia que un horizonte. Su desconcertado marido, intrigado por esta inesperada euforia, le pregunta con curiosidad: “Cariño, ¿te ha tocado la lotería o qué?”.
La mujer, radiante de alegría, responde: “¡Ay, mi amor, mejor que eso! El médico me acaba de decir que para una señora que ha llamado a la puerta de los 45, ¡tengo un par de tetas que podrían hacerle la competencia a una reina del baile!”.
“Bueno, ¿en serio?”, pregunta su marido, sintiendo una mezcla de sorpresa y diversión. “¿Y qué ha comentado sobre tu culo de 45 años?”.
Ella se vuelve hacia él, con su sonrisa pícara personificada, y replica: “¡Cariño, no te mencionó en ningún momento!”.