Un mormón y un irlandés en un avión.
Un mormón estaba sentado junto a un irlandés en un vuelo de Londres a Estados Unidos.
Cuando el avión despegó, se pidieron las bebidas.
El irlandés pidió un whisky, que le trajeron y le pusieron delante.
La azafata preguntó entonces al mormón si quería beber algo.
Contestó disgustado: “Prefiero ser violado salvajemente por una docena de prostitutas que dejar que el licor toque mis labios”.
El irlandés le devolvió la bebida al empleado y dijo,
“Yo también, no sabía que podíamos elegir”.