Un policía estatal de Oklahoma detiene a un payaso de circo por exceso de velocidad.
El policía le pregunta al payaso: “¿Por qué conducías tan rápido?”.
El payaso responde: “Me dirijo a Tulsa para un espectáculo de circo y no quiero llegar tarde”.
El policía le pregunta al payaso: “¿Qué haces en el espectáculo?”.
“Soy malabarista”, dice el payaso.
“De acuerdo”, dice el policía, “si haces malabares para mí aquí, no te pondré una multa”.
El payaso dice: “No tengo mi equipo, me lo han enviado antes”.
El policía dice entusiasmado: “Tengo algunas bengalas en la parte trasera de mi coche”.
Mientras el payaso empieza a hacer malabares con las bengalas en el arcén, un buen chico, borracho como una cuba, se pone detrás del policía para presenciar el espectáculo.
Tras observar durante unos minutos, el borracho se sube al asiento trasero del coche patrulla.
El policía, que nunca había visto a un hombre arrestarse a sí mismo, se acerca al hombre y le pregunta: “¿Qué haces, hijo?”.
El hombre borracho dice: “Ya puede llevarme a la cárcel”…
“¡No hay manera en el dulce cielo de que pase esa prueba de sobriedad!”