Un anciano encuentra una protección en el apartamento de su nieto y le pregunta qué es.
“Es una protección”, responde el nieto, tímidamente.
“¿Para qué la usas?”, pregunta el abuelo.
El nieto, avergonzado, dice,
“Lo uso para mantener secos mis cigarrillos cuando fumo bajo la lluvia”.
El abuelo dice: “Es una gran idea”.
Va a la farmacia y le pide al farmacéutico una protección.
“¿Qué tamaño desea?”, le pregunta el farmacéutico.
“Lo suficientemente grande para que quepa un Camel”.