Un anciano vivía solo

Un anciano vivía solo.

Su único hijo estaba en la cárcel.

El anciano escribió una carta a su hijo.

Querido hijo,

Me siento muy mal porque parece que no podré plantar mi huerto de patatas este año. Me estoy haciendo demasiado viejo para cavar un huerto. Si estuvieras aquí, se acabarían todos mis problemas. Sé que cavarías la parcela por mí si no estuvieras en la cárcel.

Con cariño,

Papá

Poco después, el anciano recibió este telegrama:

“Por el amor de Dios, papá, no caves la parcela. Ahí es donde enterré las armas”.

A las 4 de la mañana del día siguiente, una docena de agentes del FBI y de la policía local se presentaron y desenterraron todo el jardín sin encontrar ninguna pistola.

Confundido, el anciano escribió otra nota a su hijo contándole lo sucedido y preguntándole qué hacer a continuación.

La respuesta de su hijo fue ‘Sigue adelante y planta tus patatas, papá. Es lo mejor que puedo hacer por ti, desde aquí’.

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