Pobre viejo loco” pensó el caballero bien vestido mientras observaba a un anciano pescar en un charco a la salida de un pub.
Así que invitó al viejo a entrar para tomar una copa.
Mientras bebían sus whiskys, el caballero pensó en seguirle la corriente al viejo y le preguntó,
“¿Cuántos has pescado hoy?”
El anciano respondió,
“Usted es el octavo”.